Muchas veces no quiero seguir caminando. Quiero parar, dejar de crecer, de avanzar. Volver a ser una niña. La niña que cuando se caia lloraba, y que cuando lloraba era por nada. Quiero quitarle el polvo a mis juegos, a mis recuerdos, mis lápices de colores, mi comba, mis fotos, mis dibujos. Olvidar por un momento que esa niña ya no está. Y que no estará. Por que se ha ido.
Olvido a veces, cuando estoy apunto de dormirme, que esa niña se fue, hace tiempo. La veo, la siento cerca mio. Por que siguo siendo esa niña, que se preguntaba cosas, que exploraba el mundo, que le gustaba el pilla pilla.
Quiero recordar como se jugaba a esos juegos, como se dibujaba con esos colores, como se corria por ese cesped, como se reia con esas cosas, como se hacian esos aviones de papel.
Aviones de papel. Que no volaban. Los mios. Los de los demás si. Aviones de papel que no vuelan, que planean, que acarician el aire cayendo poco a poco. Y que te hacen sonreir por que cuando crees que van a caer, siguen. Y cuando intentas atraparlos giran, por que son libres.
Y entonces si, te olvidas de que esa niña ya no esta, y de que no volverá, por que se ha ido.
Hoy he encontrado mi avión de papel, el olvido de la cruda realidad, que no cruel pero cruda. Ha caido de un balcón, a las dos y media de la mañana, en pleno invierno, de un segundo piso, creo. Volando de las manos de mi amigo. Lo ha lanzado y he bajado. Lo he buscado y lo he encontrado, debajo de un coche. Me ha costado cogerlo, esfuerzo y algún rasguñó, pero lo he recogido. Lo he lanzado una y otra vez, hacia el balcón, pero no llegaba, siempre volvia.
Y entonces lo he entendido. Ese avión, ese trozo de papel doblado, que planea grácilmente por el aire, es mi felicidad. A veces cuesta encontrarla. La ves, pero no la alcanzas, te cuesta un poco pero la consigues. A veces necesitas ayuda para encontrarla y un amigo te ayuda. Y por mucho que hagas por muchos baches que encuentres, por muchas niñas que se vayan, la felicidad se va, planeando, pero siempre vuelve, como un boomerang no. Como un avión de papel.
Y, si. Las bicicletas son para el verano, Fernando. Pero los aviones de papel son para el invierno.
Mis aviones tampoco volaban casi nunca.
ResponderEliminarDE ENDORFINA PARA ADRENALINA:
ResponderEliminarBarquito de papel,
sin nombre, sin patrón
y sin bandera,
navegando sin timón
donde la corriente quiera.
Aventurero audaz,
jinete de papel
cuadriculado,
que mi mano sin pasado
sentó a lomos de un canal.
Cuando el canal era un río,
cuando el estanque era el mar,
y navegar
era jugar con el viento.
Era una sonrisa a tiempo,
fugándose feliz
de país en país,
entre la escuela y mi casa.
Después el tiempo pasa
y te olvidas de aquel
barquito de papel.
Barquito de papel,
en qué extraño arenal
habrán varado
tu sonrisa y mi pasado,
vestidos de colegial.
Cuando el canal era un río,
cuando el estanque era el mar,
y navegar
era jugar con el viento.
Era una sonrisa a tiempo.
¿La felicidad es para el invierno? :-)
ResponderEliminar