coleccionaba mariposas tristes,
direcciones de calles que no existen.
De Esperanza no tenía más que el nombre,
la que no esperaba nada de los hombres.
La que coleccionaba corazones desgraciados,
soldaditos de plomo mutilados.
Y en mitad de un te quiero me olvidó.
más guapa que cualquiera
-andrés calamaro y joaquín sabina-
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